17 diciembre 2014

Ceguera nocturna reversible: la importancia de la vitamina A

Las vitaminas esenciales son aquellas que deben ser obtenidas de la dieta o suplementos. La mala absorción de diferentes etiologías, incluyendo la resección intestinal y la cirugía bariátrica, pueden llevar a deficiencias de estas vitaminas.

Reportamos un caso de ceguera nocturna reversible (nictalopía) secundaria a deficiencia de vitamina A, que sirve como un recordatorio de la condición y también como advertencia de que su incidencia puede ir en aumento en el mundo desarrollado dada la popularidad de la cirugía bariátrica.

Una mujer de 55 años de edad se presentó con una historia de dos años de progresiva ceguera nocturna. Se mantenía asintomática con la luz del día, pero casi ciega al grado de que encontraba difícil manejar a menos que las condiciones fueran clara y brillantes. También se tropezaba con los muebles o carros estacionados mientras caminaba por la ciudad al oscurecer. No tenía una historia familiar de enfermedad ocular. Tenía, sin embargo, una historia médica de enfermedad de Crohn y tres resecciones intestinales previas, que subsecuentemente le llevó al estado de mala absorción del síndrome del intestino corto.

Además de inyecciones de vitaminas B12, no había recibido otro suplemento vitamínico. Su dieta incluía muchos vegetales pero no consumía fruta. Fumaba 10 cigarros diariamente y consumía 5-6 unidades de alcohol semanalmente.

En el exámen, su agudeza visual corregida fué de 20/16 bilateralmente. El examen del segmento anterior resultó sin complicaciones, sin evidencia de patología corneal. No tenía anormalidades en la pupila y la campimetría resultó normal. El fondo de ojo mostraba disco y mácula saludables, pero presentaba manchas blancas en la retina periférica en ambos ojos.

Se consideró el diagnóstico de nictalopía y dada su historia de resecciones intestinales, la deficiencia de vitamina A fué la causa más probable. Investigaciones posteriores revelaron un nivel reducido de vitamina A y un electroretinograma demostró respuestas subnormales consistentes con deficiencia de vitamina A.

El traramiento inicial con suplementos orales de vitamina A fué inefectivo, sugiriendo que la deficiencia estaba relacionada a la mala absorción más que a insuficiencia en la dieta. Se inició entonces un tratamiento parenteral de vitamina A de 50,000 unidades mensualmente y por los siguientes 18 meses su visión mejoró notablemente.

Las manchas blancas que se habían visto en el fondo del ojo desaparecieron. El electroretinograma fué normal, confirmando el mejoramiento sintomático.

La vitamina A es esencial en el ojo para la salud de la córnea y conjuntiva. También es un componente vital del proceso de fototransducción que permite la visión humana.

Las manifestaciones sistémicas de la hipovitaminosis A son variadas, pero entre las complicaciones oculares están la resequedad corneal, queratomalasia y retinopatía. Sin embargo, la nictalopía es el síntoma común más temprano. Estas complicaciones pueden llevar a pérdida visual permanente si permanecen sin tratamiento.

Si se tratan a tiempo, se puede recobrar la función visual con la terapia adecuada. Sin embargo, debido a la presencia de considerables reservas hepáticas de vitamina A, el desarrollo de los síntomas carenciales pueden ocurrir muchos años después de la cirugía.

Esta situación, combinada con la rareza de la deficiencia de vitamina A en el mundo desarrollado, puede llevar a un retraso en el diagnóstico y tratamiento.

La deficiencia de vitamina A es un problema primario en el mundo subdesarrollado debido a la malnutrición. No es común en los países desarrollados, ocurriendo principalmente en personas con enfermedad del hígado, mala absorción severa o quienes han tenido cirugías intestinales. Pero la incidencia puede ir en aumento con el reciente incremento de la cirugía bariátrica, que está ganando popularidad a nivel mundial debido al incremento de la obesidad.

Ya que las complicaciones oculares de la deficiencia de vitamina A son reversibles con el tratamiento adecuado, es una condición que deben tener presente los profesionales que evalúan la función visual. En particular, la deficiencia de vitamina A debería tomarse en cuenta en el diagnóstico diferencial de ceguera nocturna, que puede ser confirmada con un simple examen de sangre.

Referencia:


Foto de Melschmitz