07 febrero 2018

Exceso de información científica sobre la visión: ¿qué hay detrás?

Escrito de David P. Piñero para Journal of Optometry.
Departamento de Óptica, Farmacología y Anatomía, Universidad de Alicante, España.

Como en cualquier otra área científica, existe una sobrecarga de información en Optometría y Ciencias Visuales debido al creciente número de publicaciones y revistas en este tema.

Esta situación se ha definido con el término infobesidad o infoxicación, y actualmente está generando nuevos conflictos y problemas que deben resolverse para evitar la corrupción de la ciencia y la banalización de la información científica.

Se están recibiendo grandes cantidades de información todos los días sobre "nuevos avances" en ciencias de la visión a través de las redes sociales y el envío de correos que a veces no permite a los investigadores concentrarse en su trabajo y en desarrollar la creatividad. Del mismo modo, los investigadores reciben invitaciones todas las semanas para ser miembros del consejo editorial de nuevas revistas sin base científica (revistas depredadoras) o para enviar trabajos a este tipo de revistas oscuras.

Este énfasis en los investigadores y en la creación de más y más información solo está ocultando el interés de ganar dinero sin crear ciencia. Las empresas y las ciencias pueden cooperar y deben interactuar, pero con el objetivo de generar nuevos conocimientos que conduzcan a la creación de nuevas actividades profesionales, la generación de nuevos empleos y, en última instancia, a un mejor servicio a la sociedad. Sin embargo, la ciencia no puede ser un negocio en sí misma sin su rol social y relevancia, porque perdería su esencia y se trivializaría.

¿Cuál es el motivo de esta tendencia autodestructiva en la ciencia? Una de las razones de esto es la presión académica, que genera la necesidad de publicaciones continuas de investigadores para mantener su posición y reconocimiento en las universidades y las instituciones de investigación.

Todos los investigadores deben publicar mucho y, a veces, sin verificar dónde están publicando. Asimismo, la presión de algunas empresas para obtener publicaciones que respalden la utilidad de sus productos está afectando algunos contenidos científicos.

Otra razón para esta sobrecarga de información científica es la necesidad de algunas personas de satisfacer su ego, sin pensar en las consecuencias de publicar información científica pobre o falsa. Estos factores son utilizados por algunos oportunistas para crear herramientas aparentemente científicas que ayudan a los investigadores a obtener una carrera científica mágica, rápida e idílica.

Es cierto que se crea cada vez más información científica promovida por la presión académica, comercial y del ego, pero se está asociando cada vez menos credibilidad a la ciencia a medida que se descubren cada vez más casos de artículos fraudulentos revisados ​​por pares. De ​​hecho, esta situación ha llevado al aumento preocupante de la pseudociencia y uso de la verdad posterior.

Parece que todo el mundo puede hacer ciencia y no importa si se informan datos científicos falsos o que no son de confianza. Sin embargo, crear información científica también es una responsabilidad, y este tipo de información debe diferenciarse claramente de las opiniones que son gratuitas y pueden ser proporcionadas por cualquier persona en cualquier parte del mundo.

Deberían buscarse nuevas herrramientas para evitar estas prácticas, así como el desarrollo de otro modelo de evaluación del rendimiento académico, y el uso de filtros para que la información científica se utilice eficientemente.

Es hora de promover y apoyar información científica verdadera y útil, para evitar la interferencia de los oportunistas sin la intención de contribuir a la ciencia en beneficio de la humanidad. Es hora de reconvertir la sobrecarga de información en el filtrado excesivo de información y desarrollar nuevos modelos de evaluación y filtrado de la ciencia.

Referencia

Foto de ArtsyBee